El 18 de junio de 1965 el comité de observación de la OEA presentó a las partes en conflicto durante la Guerra de Abril un conjunto de proposiciones generales que pudieran servir como base para una solución negociada.
Los pasajes claves establecían un Gobierno
provisional que representara “a todos los sectores” y que debían de seguir con
elecciones auspiciadas por la OEA.
Ni los constitucionalistas ni el Gobierno de
Reconstrucción Nacional (GRN) se apresuraron a aceptar la fórmula de la OEA.
Entre los constitucionalistas, los elementos
comunistas proclamaron su intención de seguir luchando incluso si el coronel
Francisco Alberto Caamaño acordara un Gobierno provisional.
Mientras que, en Puerto Rico, Juan Bosch instó a
sus seguidores a rechazar un Gobierno provisional encabezado por Héctor
García-Godoy, un político moderado y diplomático que era el candidato preferido
de la OEA para presidente interino.
Mientras tanto, el GRN alternó entre respaldar los
intentos de la OEA para crear un Gobierno provisional y proclamar que el propio
GRN legalmente constituía un gobierno.
Cada bando, constitucionalista y GRN, trató de
mejorar su posición negociadora respectiva mediante el montaje de una guerra de
nervios contra el otro, que incluyó manifestaciones, propaganda y hasta
incidentes militares.
A principios de agosto, el Comité ad hoc de la OEA
publicó un acto de reconciliación, con una serie de nuevas proposiciones
generales que se utilizarían como base para una solución negociada.
Como parte del paquete, estaba que los
constitucionalistas y el GNR aceptaran el Gobierno provisional de García-Godoy
como el “Gobierno único y soberano de la República Dominicana”, el desmantelamiento
de las defensas rebeldes, la incorporación de Ciudad Nueva a la zona de
seguridad en forma temporal, una amnistía general, entrega de las armas de los
civiles al Gobierno, y, sin las medidas punitivas, reintegrar a los miembros de
las Fuerzas Armadas que habían desertado al bando rebelde. Además, tras la
instauración de un Gobierno provisional, los militares “regresarían a sus
cuarteles y ponerse a las órdenes de su comandante en jefe, el Presidente
provisional”.
Fueron tres semanas de intensas negociaciones en
que el Acta de Reconciliación fue revisada varias veces.
El general Antonio Imbert Barreras rechazó la nueva
propuesta y amenazó con no cumplir su promesa de dimitir en favor de
García-Godoy. Pero la posición de Imbert en ese momento era débil.
Las revelaciones de las atrocidades del GNR
afectaron su imagen pública y su autoridad política a partir de una decisión de
Estados Unidos de dejar de financiar el GNR hasta que se alcanzara un acuerdo.
Cuando Imbert se negó a discutir el asunto de su
renuncia o de García Godoy, el embajador de Estados Unidos ante la OEA,
Ellsworth Bunker, fue junto al jefe de la estación de la CIA a la casa de
Imbert y le dijo al líder del GRN que Estados Unidos no permitiría la
desintegración militar de República Dominicana o la caída del país en manos de
los comunistas.
Con palabras tranquilizadoras Imbert renunció el 30
de agosto y citó la presión de EE. UU. como una de las razones de su decisión.
Los extremistas de ambos bandos trataron de
sabotear el acuerdo. Los rebeldes atacaron las líneas de la FIP, mientras las
fuerzas de Wessin dispararon morteros contra la zona rebelde. Pero las tropas
de Estados Unidos mostraron moderación.
El 31 de agosto Caamaño firmó el Acta de
Reconciliación. Después de recibir una aclaración por escrito de García-Godoy,
en ciertas partes ambiguas, del acuerdo referente a la desmilitarización, el
desarme y la reintegración de los soldados rebeldes.
Los jefes militares que habían servido a Imbert
también firmaron el acta en nombre del GRN.
El 3 de septiembre García-Godoy tomó el juramento
de su cargo como presidente provisional poniendo fin oficialmente a la Guerra
de Abril.
Texto: El Nacional
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