Hoy, 25 de noviembre, se conmemora el 61 aniversario
del horrendo asesinato de las Hermanas Mirabal y su compañero Rufino de la
Cruz. Origen del “Día de la No violencia contra la mujer”
No hay espacio suficiente en este medio para honrar su
memoria y hablar de estos hechos.
Hay muchas historias y muchas versiones... esta que
colocamos, es un corto resumen de aquel hecho y que esperamos sirva de
recordatorio didáctico de ese funesto hecho.
El 10 de enero de 1960, jóvenes de clase media,
seminaristas, obreros, campesinos, profesionales y estudiantes celebraron una
Asamblea Nacional en una finca propiedad de Charlie Bogaert, en Mao, donde
dejan constituido el denominado Movimiento Revolucionario 14 de junio,
inspirado en el ejemplo y en el programa de los guerrilleros de 1959.
Bajo el liderazgo del abogado montecristeño Manuel
Aurelio Tavárez Justo (Manolo), el esposo de Minerva Mirabal, los catorcistas
se plantean como objetivo derrocar la tiranía mediante la lucha armada.
Trujillo no permitía sublevaciones ni movimientos
partidistas ajenos a su régimen, por lo que apresó, además de Manolo y Minerva,
a los esposos de María Teresa y Patria, el ingeniero Leandro Guzmán y el
hacendado Pedro González.
Rafael -Fafa- Taveras, relata cómo la más joven de las
“mariposas” María Teresa, se mantuvo incólume pese a los insultos y la tortura
física, “las descargas eléctricas sobre los senos de aquella virgen hacían
mover su cuerpo, pero sus labios no se abrieron con una queja”.
Semanas después de aquella orgía de sangre y dolor, las
mujeres fueron liberadas, pero sus esposos fueron condenados a 30 años de
cárcel.
De La 40, Manolo, Leandro y Pedro fueron trasladados a
La Victoria, luego a la cárcel de Salcedo y de allí a Puerto Plata. Se le
permitía una visita a la semana. Los viernes.
Pese a la advertencia de varios amigos de que se
cuidaran, Patria, Minerva y María Teresa hacían el viaje a Puerto Plata todas
las semanas a ver a sus esposos y a los otros compañeros de lucha allí
prisioneros. El peligro era evidente, pero ellas preferían desafiarlo antes que
dejarse doblegar por el miedo.
La orden de matar a las hermanas Mirabal fue dada
expresamente por Trujillo desde el 4 de noviembre de 1960, pero no fue sino el
25 cuando se dieron las condiciones para su ejecución. Además de las razones
políticas, Trujillo sentía un odio visceral hacia las hermanas, especialmente
contra Minerva por su actitud altiva años atrás en una fiesta que se celebraba
en San Cristóbal y a la cual fueron invitadas las jóvenes junto a sus padres.
Ese 25 de noviembre, poco después de las cuatro de la
tarde, las Mirabal y Rufino de la Cruz, regresaban de Puerto Plata de ver a su
esposo en la cárcel San Felipe de Puerto Plata.
“A menos de dos kilómetros de la ciudad (de Puerto
Plata) había un carro detenido con aparentes pasajeros afuera, mientras otra
persona simula que revisaba el motor… Rufino de la Cruz se detuvo cuando vio
que el carro casi estaba en medio de la vía, al llegar paralelo al vehículo, el
jeep fue asaltado; las mujeres lanzadas hacia afuera violentamente e
introducidas al vehículo de los calieses.
Patria logró salir huyendo en dirección a un camión
del Seguro Social que venía por allí, pero fue alcanzada y arrastrada por los
cabellos e introducida al carro junto a sus hermanas, pero antes alcanzó a
gritarles a los del camión: “Díganle a la familia Mirabal, de Salcedo, que los
caliés van a matarnos”.
Cuenta Fafa Taveras, que el carro marchó con las tres
hermanas adentro y Rufino fue mantenido en el jeep acompañado de dos calieses.
Y explica que antes de llegar a la Cumbre de Puerto
Plata se desviaron hacia la derecha, por un camino sin pavimento, entre un
cañaveral, y se detuvieron a más de cien metros de la carretera.
Un grupo de esbirros compuesto por Ciriaco de la Rosa,
A lnfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Malleta, Ramón Emilio Rojas Lora y
Néstor Antonio Pérez Terrero, bajo la dirección del teniente Alicinio Peña
Rivera tuvieron a su cargo la ejecución de las Mirabal.
Fueron asesinadas a palos y puñaladas. Antes, los
calieses habían ahorcado a Rufino su compañero de lucha y amigo y quien
manejaba. Como cómplices también estuvieron Sandiro Almonte, Silvio Antonio
Gómez Santana, Viterbo Álvarez (Pechito), Pedro Peña Ortiz, David Olivero y
Cándido Torres Tejada.
Luego de asesinar a las hermanas Mirabal, Trujillo
ordenó la confiscación de todos sus bienes y los de sus esposos.
La sangrienta mano de hierro del tirano aplastó a las
tres mariposas, pero sería uno de sus últimos crímenes.
El 30 de mayo del año siguiente caería abatido cuando
se dirigía hacia su natal San Cristóbal. Murió como vivió: a sangre y fuego.
En honor al crimen de las hermanas Mirabal, el 25 de
noviembre fue nombrado como el “día de la no violencia contra la mujer”.
Texto: German Marte, periódico El Día
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