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octubre 12, 2021

Día de la Hispanidad, fecha para recordar, no para celebrar.

 

Día de la Hispanidad, fecha para recordar, no para celebrar.



El 12 de octubre de 1492 es una de las efemérides históricas con mayor peso en la historia de las civilizaciones. A continuación, un interesante enfoque de este evento.

Un 12 de octubre de 1492 la expedición capitaneada por Cristóbal Colón llegó a la isla Guananí, en el archipiélago de las Bahamas. Cuenta la historia que el almirante echó rodilla a tierra, besó el suelo y lloró. Después alzó su estandarte y mirando al cielo pronunció en tres ocasiones los nombres de Isabel y Fernando.

Tras dos meses casi sin dormir desde la partida en el Puerto de Palos, la expedición tocaba tierra y el escribano Rodrigo de Escobedo levantaba acta.

El genovés universal que iba buscando una ruta alternativa a Asia, creía haber atracado en la morada del Gran Kahn. A su espalda las dos carabelas y una nao del Viejo Mundo, ante sus ojos el Nuevo Mundo al que aún no era consciente de que llegaba.

Aunque no fuera el primer europeo en llegar a América, sin saberlo, estaba estableciendo el primer contacto entre los continentes europeo y americano.

No en vano varios siglos antes los marinos vikingos habían navegado las costas de América del Norte. Pero Cristóbal Colón escribió el primer capítulo de uno de los hechos históricos más relevantes de la historia de la humanidad y sus civilizaciones.

Un choque de culturas, la de la por entonces naciente sociedad moderna europea, la de sus expediciones, las ansias de conquista de sus reinos, su presunta evangelización y, las civilizaciones originarias de América.

El gran "descubrimiento"

Entre la palabra oro y la palabra Dios, Colón estableció contacto con los nativos, las playas de arenas blancas y la piel aceitunada de aquellos 'orientales' que le confundían.

Creyendo que Haití era Japón y que Cuba era China, quizás nunca fue consciente de la trascendencia y grandeza de su inmenso error de cálculo, pero en una cuestión sí que no se equivocó y fue al afirmar sobre las citadas tierras: “Tendrá la cristiandad negocio en ellas”.

Colón descubrió América y los nativos americanos sufrieron el mayor despojo de la historia universal; en el nombre del rey de los cielos se llevó a cabo la usurpación, la evangelización. En este caso la palabra descubrimiento resulta ciertamente engañosa, pues la historia nos conduce a preguntarnos quién hizo el verdadero descubrimiento.

El colonialismo imperial descubrió una inagotable fuente de tierras de las que apropiarse, recursos, oro y esclavos a los que ‘evangelizar’, ‘salvar’. Por su parte los nativos descubrieron que eran indios, que debían obediencia a un rey y una reina desconocido, descubrieron enfermedades epidémicas para las que carecían de defensas biológicas, descubrieron que la cruz era en realidad dos espadas cruzadas de acero, descubrieron que el único dios de aquellos que venían del cielo era el oro…

Los prismas de la historia

La historia se suele contar desde dos prismas diferentes, desde el punto vista del vencedor y del vencido. En esta historia queda muy claro quién fue ganador, pues como dijo el arzobispo Desmond Tutú en referencia a África (frase que encaja igualmente a la perfección en la historia de América): “Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: Cierren los ojos y recen. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia”. Sin duda el día 12 de octubre de 1492 es una fecha crucial en la historia universal, el almirante Colón que había recibido el rechazo de la corona de Portugal a su proyecto para llegar a las Indias desde el Oeste, que había aguardado pacientemente siete años desde que se lo expuso a los Reyes Católicos, se convirtió en una de las figuras de referencia de la historia de las civilizaciones.

La firma de las Capitulaciones de Santa Fe cambió el curso de la historia, de la Corona Española; los reinos de Castilla y Aragón descubrieron la oportunidad de construir un gran Imperio. Los metales preciosos, la apropiación de las tierras, la explotación de la mano de obra y los recursos naturales, propiciaron la transformación de la economía y el poder del embrión de la corona de España. El Viejo Continente sació ampliamente su sed de oro, España llegó primero, pero fueron muchos los que se beneficiaron actuando sistemáticamente igual que los colonos españoles.

“Día de la Hispanidad”, “Fiesta Nacional”

Posiblemente por la trascendencia histórica para España de la citada fecha, el 12 de octubre titulado en otro tiempo Día de la Raza, pasó a ser denominado día de "La Hispanidad" por el escritor Ramiro de Maetzu. Por ello se hizo coincidir el citado día con la Fiesta Nacional de España. Y posiblemente porque esta es una historia de vencedores y vencidos, una historia de ambición, de poder disfrazada de presunta evangelización, en el BOE se omite deliberadamente el término "Día de la Hispanidad", haciendo únicamente referencia a "Fiesta Nacional". Según la Ley 18/1987, de 7 de octubre: "La fecha elegida, el 12 de octubre, simboliza la efeméride histórica en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los Reinos de España en una misma monarquía, inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos".

Día para recordar, no para festejar

Muchos matices históricos por comentar, el primero referente a la proyección lingüística y cultural, pues más que proyección, es un hecho históricamente comprobado que la colonización de América fue una imposición tanto cultural como de fe, sin tener en cuenta ni el grado de civilización americana ni sus creencias y culturas primigenias. Por todo ello es ciertamente justo reconocer que, desde el prisma de los colonos europeos, el 12 de octubre constituya un día para festejar, pero no podemos olvidar que la otra parte, los primeros nativos americanos, sus verdaderos descubridores, quizás no tengan nada que festejar.

Es el 12 de octubre sin duda una fecha para recordar históricamente, pero éticamente no debería ser un día para festejar.

En las carabelas Pinta, la Niña y La nao Sta. María viajaba el intrépido explorador, pero junto a él los grandes defectos del ser humano, sus ansias de poder, de conquista. Su etnocentrismo y la necesidad de imposición de fe y pensamiento sin guardar respeto por el hermano y sus tierras. Pues aquellos hombres que los nativos creían que venían del cielo, señalaron con una mano al firmamento para hacerles ver que llegaban en nombre de dios, mientras con la otra clavaron la espada en el corazón de América en busca del oro. El mundo como lo conocemos hoy es por tanto resultado de esta historia, tan antigua como la humanidad, pues Colón no fue el primer descubridor, ni América la primera tierra conquistada, la primera civilización reducida, borrada del mapa en nombre de los dioses y la avaricia del ser humano.

Texto: Mariano Jesús Camacho

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